El día que abandoné los prejuicios como mamá

He estado desaparecida por importante

razón: recién le dimos la bienvenida a nuestro tercer tesoro, Dominick. Como fue el plan con sus hermanos

Valentina y Matteo, lactar a mi niño era prioridad número uno. Era.

Con un dolor en el alma algo ilógico, hace

unos días le di a Dominick su primera botella con fórmula. Tiene apenas seis semanas de nacido. 

Entre lágrimas la preparé y la coloqué en manos de su papá, mientras de lejitos yo observaba como por unos segundos el bebo parecía no entender qué era lo que tenía en su boquita. Luego comenzó a beber como si nada. Ese momento cambió mi perspectiva: la sufrida era YO.

El niño tenía hambre y simplemente comenzó a comer. ¿Por qué entonces yo debía estar llorando? ¿Acaso uno de nuestros deberes como madre no es asegurarnos que todas sus necesidades sean cubiertas? Por ejemplo, ¿que no pase hambre?

Entiendo que la respuesta es sencilla: en cierto modo se ha colocado sobre un pedestal irreal a la mamá que lacta, u ofrece leche materna, de forma exclusiva a su bebé, otorgando medallas de oro imaginarias por cada mes alcanzado. Mención de Honor a quien solo suplementa con fórmula o a quien llega a los seis meses de lactancia o alimentación con leche materna. Y el resto, quienes optan por no lactar o darle leche materna, independientemente de la razón:  "gracias por participar. Nosotros te llamamos".

A esas, a las mamás de "bebé fórmula", se les mira en ocasiones con cierto desdén o decepción, como si no encarnaran la definición de mamá.

Mientras observaba a mi pequeño, me convencí de que todo está bien y no soy menos. Está comiendo. Punto. Es feliz y saludable. Mom WIN. 

¿Por qué recurrí a la fórmula?

Porque mi chico está comiendo más de lo que he podido producir y/o almacenar, dejando corta la cantidad de leche materna que tengo disponible; tanto para llevar al Daycare cuando regrese al trabajo o como para que Papá ayude en el feeding cuando no esté. ¡No puede pasar hambre!

Además, con dos toddlers en casa a quienes cuidar, más el recién nacido, y el cansancio extremo, apenas he podido sentarme a sacar leche. Y, si soy honesta, ¡necesitaba dormir algo! Como comenté anteriormente, Dominick come mucho. Después de su primera botella de fórmula, durmió un buen rato. ¡Pude pegar el ojo! El self care es importante y luego de descansar un poco, me sentí menos estresada y con mayores energías para continuar. 

El plan

Mi plan con Dominick es el siguiente: 

Seguiré tomando los suplementos naturales que se supone ayuden a producir más leche e implementando los consejos de profesionales en el área sobre lactancia. 

Seguiré usando mi Medela para sacarme leche y almacenar lo que pueda, aún en el trabajo, para que sea más la leche materna que tome en lugar de fórmula. Con esfuerzo, tal vez logre en algún momento eliminar la fórmula. 

Seguiré lactando a demanda cuando mi bebo esté conmigo. 

Esto y más, no porque la sociedad me obliga, sino porque yo, como su mamá, lo decido. Y así, amigas, debe ser. La decisión es suya y se respeta. 

*Mi equipo: Similac Pro-Advance Infant Formula (with iron), Medela Pump In Style Advanced Starter Kit y botellas Medela con mamadera para bebés de 0 a 4 meses (Kit de tres), botella Phillips Avent (en la foto), Parent's Choice Storage Bags, Parent's Choice Nursing Pads| Anuncio NO pagado*