Estos agentes de la Uniformada pacientemente "escoltaban" a este caballo, visiblemente cansado y herido, a una zona segura.
Mi "adorado tormento" se detuvo en el paseo, mientras yo tomaba estas fotos. Cuando la patrulla estuvo lo suficientemente cerca para que pudieran escucharme, les dije: "los admiro, ¿saben?".
Este pequeño gesto me conmovió y hasta me hizo sentir muy agradecida porque, aunque el animal no era mío, unos pocos salieron de su rutina para salvarle la vida.
Tal vez es parte de su trabajo, tal vez no y fue iniciativa suya, pero son estos momentos, estos instantes, que te hacen recordar que, aunque constantemente nos bombardean las noticias sobre incidentes criminales en nuestro País, no todo está perdido. Hay gente buena, sensible, sigamos luchando.
Y, para quienes no le dan el merecido trato a los animales, recuerden que ellos también sienten y padecen. No los abandonen a su suerte, te necesitan.
Aquí les dejo con un perro dando vueltas, ¿por qué? Porque sí. Enjoy!

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