domingo, 11 de diciembre de 2011

"¡No tengo dinero para mis deudas! ¡Sí para el televisor!"


El sábado tuve que ir a un reconocido Centro Comercial a cumplir con mis responsabilidades económicas en uno de los bancos que allí se encuentran. Tan pronto salí de la institución bancaria, fui a una de las tiendas por departamentos para averiguar a cuanto tienen el "Amazon Kindle Touch", ya que llevo tiempo antojada con comprar el aparato electrónico pues, me apasiona la lectura y ¿qué mejor que tener miles de libros en mi bolsillo?. Sin embargo, tan pronto entré a la tienda, fue en ese instante cuando crucé el portal hacia...


"The Twilight Zone"


¿Por qué "The Twilight Zone" o la otra dimensión (para quiénes no conozcan la serie...)?


De lo más que se habla en la isla es la falta de ingresos o disminución en ingresos de los puertorriqueños. El costo de energía está por las nubes, la gasolina igual y somos muchos los que nos pasamos contando los chavitos para ver cómo vamos a pagar las deudas. Sin embargo, en esa dimensión en la que estuve por cerca de 10 minutos, lo único que veía eran personas con televisores LCD o plasma en sus carros de compra...o laptops...o celulares con "todos los powers"...o ¡todos los anteriores! Muchos se acercaban a los empleados de piso, con una caja de televisor debajo del brazo, y le preguntaban donde estaban las computadoras. Yo miraba atónita, pensé:


"¿Se anotó otra el consumismo o están regalando mercancía y yo no me enteré?"


Averigüé lo que entré a averiguar y rápido salí de la tienda, no por lo que vi en los clientes, sino porque no soporto estar en los centros comerciales. Tal vez porque trabajé tantos años en tienda, pero la mera idea de estar en un "mall" repleto de gente con muchos caminando por los pasillos como si estuviesen paseando cuando uno tiene prisa, me desespera. Admito me entran ganas de empujarlos o decirles que avancen a los que encuentro en mi camino...pero eso no es correcto, así que inhalo paz y me aguanto.


Volviendo al tema...


Tan pronto estaba fuera del establecimiento, me pregunté si el comprar el tan deseado aparato es un LUJO o una NECESIDAD. Esa tiende a ser mi pregunta escogida cuando tengo que ir de compras. La respuesta fue obvia: es un LUJO, un ANTOJO. Más aún cuando se avecinan pagar la mensualidad de mi vehículo, la renta de mi casa, la compra (porque es necesario alimentarse, ¿no?), el celular, hay que echar gasolina, etc.


Con cara de "Droopy", triste y decepcionada, salí del Centro Comercial con los brazos vacíos pero a la vez satisfecha por haber tomado una decisión responsable.


En algún momento tendré en mis manos el precioso "Kindle", pero será cuando no deje de atender mis responsabilidades económicas para adquirirlo. Siempre es sabio uno preguntarse ANTES de comprar esos "antojitos":


"Si compro _______, ¿luego puedo pagar lo que debo pagar Y quedarme con suficiente dinero en el bolsillo para emergencias y hasta para ahorros?".


Porque es mi experiencia que, cuando menos uno se espera, se daña la batería de nuestro automóvil, se explota una goma, o se rompe alguna tubería en la casa y, lamentablemente, el televisor nuevo no resuelve ninguno de esos problemas...


¿Palabra clave?


Prudencia.

*Foto: Wikicommons Images / Public Domain*

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