Rachel Schoger, de Idaho, se encontraba feliz tras enterarse de que ella y su esposo serían padres nuevamente tras dos años y ocho meses de espera. Años que incluyeron abortos no provocados. Tan pronto se percató de que estaba embarazada, acudió a su médico para las pruebas de rigor y fue ahí que recibió la mala noticia: se trataba de un embarazo ectópico.
Para quienes no estén muy familiarizados con el término, un embarazo ectópico significa que el feto se desarrolla FUERA del útero, usualmente en uno de los tubos de falopio. Tras la devastadora noticia siguió la terrible decisión de terminar el embarazo de cuatro semanas, práctica común en estos casos para proteger a la madre y porque el feto no puede sobrevivir en esas condiciones. Para este fin, el médico de Schoger le suministró dos altas dosis del medicamento methotrexate, una droga para quimioterapia.
Schoger regresó a su hogar y las noches que siguieron estuvieron plagadas de pesadillas:
"Soñaba que mi bebé lloraba de dolor dentro de mi..."
La joven madre, que en ese momento tenía 29 años, no aguantó y acudió nuevamente al médico para que le realizaran otro sonograma y calmar sus nervios...y cuál fue la sorpresa de todos cuando encontraron que Rachel seguía embarazada y ¡el feto se encontraba dentro de su útero como correspondía!
La bebita nació al parecer normal, pero con defectos severos a consecuencia del medicamento suministrado a su mamá:
- sin recto
- sin vagina
- sin útero
- con deformidad en la médula espinal
¿Qué podemos aprender de esta terrible experiencia?
Que no está de más pedir una segunda opinión cuando recibimos una noticia inesperada pues, más vale precaver que tener que lamentar.
Mi corazón está con esta familia, ¡que Dios los cuide y los bendiga!
*Esta historia fue publicada por "ABC News".
Para ver fotos de la bebita, accede a: http://abcn.ws/wv1L0G *
Puedes escribirme tus comentarios a fueraderecord@gmail.com
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