lunes, 30 de mayo de 2011

“No hay extraَños, solo amigos que no conocemos”

  Una maestra de la escuela intermedia a la que asistía cambió mi manera de pensar drásticamente cuando tenía 12 años. Lamentablemente no recuerdo el nombre de la maestra ni la materia que enseñaba pero nunca olvidaré cuando en mi primer día de clases de séptimo grado, entré al salon y me topé con un ‘poster’ que decía: “no hay extraños, solo amigos que no conocemos”. Me gustó esa idea y se quedó conmigo desde aquel entonces.


Recientemente me he puesto a pensar mucho en ese ‘poster’ y he llegado a la conclusión que, si todos pensáramos de la misma manera, este mundo sería muy diferente. No sé ustedes, pero yo estoy aterrada con el alza en la criminalidad en la Isla, ya hasta hemos sobrepasado la cifra de asesinatos del pasado año. Ningún sitio es sagrado: igual te pueden asaltar o, Dios no quiera, privar de la vida, en la calle a las tantas de la madrugada, como en un Cold Stone comiendo mantecado con tus amigos o en el food court de algún centro comercial, y la hora del día es irrelevante. Si alguien te hace un corte de pastelillo y se enciende el fuego del coraje en tu corazón, hay que hacer buche porque no sabes si el atrevido que te hizo esa desfachatez te pueda sacar una pistola y hasta ahí llegaste. Y es por eso que hoy en día el lema es “cada cual con lo suyo”.



El viernes pasado fui de prisa al banco y, para mi gran “alegría”, no cabía ni un alma más en la pequeña sucursal. Resignada comenzé a hacer la fila y la escena cambió a una versión moderna de “La Guagua Aérea” sin el caldero de arroz. Me enteré de que fulano iba a salir en la noche, que el hijo de mengano le chocó el carro y obvio que tuvo que pagar el arreglo de su bolsillo porque fue su culpa. Cuando uno necesitó cambio, el otro se lo dió, todos hablaban sobre “x”  o “y” juego de baloncesto, sobre el trabajo, en fin, decidí que o eran familia o vecinos, por que en la vida había visto tanta algarabía…¡y menos haciendo fila en un banco! Era precisamente como si todos hubiesen decidido que, ya que hay que esperar y estamos aquí, vamos a conocernos: “no hay extraños, solo amigos que no hemos conocido”.

Ojalá TODOS tuviésemos esa manera de pensar, tal vez así los crímenes serían menos, tal vez se tomarían decisiones más sabias, tal vez sería más fácil brindar ayuda al prójimo…¿tal vez no se formarían tantos tapones?

“No hay extraños, solo amigos que no conocemos”…espero que cuando me toque la bendición de tener hijos, este lema sea mas cierto que lo que evidencia la tasa de criminalidad actual…





*Foto: Pixabay Free Images*

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