El "chinchorro": la economía y la reinvención del restaurante

Lamento sobremanera no haberle tomado una foto al delicioso plato de comida que me "atraganté" como buena glotona este pasado sábado. El destino de mi gordo y yo eran "Las Papas Locas" en Vega Alta, anuncio NO pagado por si acaso, pero la fila era essspectacular. Regresando a casa descubrimos este carrito de comida con su "grill", carpa al lado, par de sillas y mesas y algunos comensales esperando. Pocos, tal vez porque las Papas están cerca o tal vez por la hora.

Foto: Facebook La Parrilla de Jorgito

Nos dieron un menú y me atreví a pedir una pechuga con salsa alfredo y tocineta y de acompañante, un mofongo. Tremenda sorpresa nos llevamos cuando vimos que el mofongo lo hizo el "chef" AL MOMENTO y que el pollo también lo adobó y colocó en el "grill" cuando hicimos la orden, nada de recalentado, ni mucho menos estaba al intemperie para que amenazara la salmonella, y eran casi las doce de la medianoche...

En "La Parrilla de Jorgito", otro anuncio NO pagado, nos dimos senda jartera por solo $10 pesitos.  Sin duda un pequeño tesoro escondido.




Hoy en día, con la situación económica tan complicada y difícil en el País, son muchos los "chefs" o amantes de la cocina, con el don de preparar alimentos, que han optado por conseguir su carrito o guagua y montar así su negocio. No hay para pagar renta, luz y agua, encima ingredientes. En ocasiones, presentan pocas alternativas en su oferta, pero son de calidad y a buen precio, después de todo, es mejor preparar unos cuantos platos excelentes en lugar de toda una gama de opciones mediocres. Y muchas veces mejor para el cliente, en mi caso, ¡me das demasiadas opciones y me confundes!

Y es así como lo que algunos, mirando por encima del hombro, tildan de "chinchorros de mala muerte", realmente no lo son y le hacen la competencia a cualquiera de esos restaurantes "finolis" que te dejan un roto en el bolsillo y con hambre. Abra su mente, hay muchos tesoros escondidos, lo que corresponde es hacer nuestra asignación, leer los comentarios, hablar con clientes, en fin, evaluarlos y, sobre todo, darles una oportunidad.

Tu corazón y tu bolsillo te lo agradecerán.

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